martes, 11 de mayo de 2010

LA ECONOMÍA EN LAS GRANDES CIUDADES DE LA ANTIGÜEDAD

I. LA ECONOMÍA EN EL ANTIGUO EGIPTO:
LOS RECURSOS ECONÓMICOS:
La economía del Egipto faraónico puede ser llamada “antigua economía de mando”. Una burocracia especializada observaba o controlaba mucha de la actividad económica. Probablemente no le decían a los grajeros lo que tenían que cultivar, pero ellos volvían a medir y reasignar la tierra después de cada inundación -basándose en asignaciones pasadas, valorando los cultivos esperados, tomando parte de la producción como impuestos, almacenando y redistribuyéndolos. El almacenaje y la redistribución eran hechas generalmente siguiendo unas bases locales.

Los burócratas eran también los encargados de los trabajos públicos que eran en su mayoría de tipo religioso y que a menudo envolvían a decenas de miles de trabajadores y administradores.

Egipto era un mosaico de mansiones y dominios autárquicos en su mayoría. Después de pagar los impuestos, los administradores del dominio y los dueños exitosos de las casas almacenaban los excedentes para su uso futuro o los intercambiaban en el mercado. El porcentaje de los productos e incluso de los bienes manufacturados que llegaba a los mercados era probablemente pequeño. Era de poca importancia para la supervivencia del productor individual, pero proveía de la base económica para el desarrollo de la gran cultura egipcia.

Una gran parte del comercio estaba en manos de un gran número de mercaderes que actuaban para la corona o el gran templo. Las fuerzas mercantiles parece que jugaban un rol por encima de los demás durante los periodos en que la administración caía en la bancarrota.

Unos cambios mayores en el sistema temprano de trueque comenzaron a ocurrir sólo bajo la influencia de los extranjeros y la introducción de la moneda se retrasó hasta el Periodo Tardío

  1. Granja y Pesca: La agricultura generó mucha de la riqueza del Antiguo Egipto. Se cultivaban granos, verduras, fruta, se criaban vacas, cabras, cerdos y aves de corral, también se capturaban los peces del Nilo; y los excedentes eventuales, después de la deducción de las tasas e impuestos, eran vendidos en el mercado. Gracias a las inundaciones, el suelo permanecía fértil el resto del año; pero las técnicas agrarias no eran muy eficientes. Las herramientas, seguían siendo muy primitivas, lo que provocaba que la cría de ganado fuese complicada. Parece que había piscicultura a pequeña escala, aunque casi todo el pescado que se consumía era capturado en el Nilo. La caza, una actividad de ocio para los ricos, jugó un papel muy discreto dentro de la economía egipcia, aunque puede que hubiese sido crucial para la supervivencia de los más pobres.
  2. Las Manufacturas: Una gran parte de los bienes manufacturados venía de las familias que producían los propios materiales con que las creaban. El trabajo se dividía según el sexo, dejando el procesado de las materias primas a las mujeres: mientras los hombres cultivaban las plantas de lino, sus mujeres lo hilaban y tejían las telas. Una gran proporción del grano producido se usaba para la elaboración de cerveza. En los pueblos aparecieron pequeñas factorías, a menudo financiadas por los nobles ricos: panaderías, cervecerías, carpinterías, etc, todas con a penas una docena de empleados. En estas fábricas, en cambio, los empleados eran siempre hombres.
  3. Minería: La mayor parte de los productos de minería eran de poco interés para la mayor parte de la población egipcia, con excepción de un pequeño número de ricos y nobles. Los metales usados para herramientas -cobre, bronce y, el hierro-, eran caros y las herramientas hechas con ellos estaban más allá del alcance de la mayoría. Las piedras preciosas también fueron posesión de una minoría rica, y la piedra usada para construir templos y tumbas servía a la misma clase social, que se la proporcionaba a los artesanos que iban a realizar las tareas de construcción. El natrón necesario para el proceso de momificación se obtenía en el Wadi Natrun. La momificación, como muchas otras cosas, era demasiado cara para la mayoría excepto para los ricos.
  4. Comercio y Banca: La mayor parte de la producción era consumida por los propios productores. Lo que quedaba después de que los dueños de las tierras y los recaudadores de impuestos se llevasen sus partes, podía ser vendido mediante trueque en el mercado libre tanto directamente a los consumidores como a comerciantes profesionales. Poco se sabe de estos mercaderes. Parte del trigo recolectado que pertenecía a los propietarios privados era guardado en graneros, así como la mayor parte del grano que se recogía como impuestos. Órdenes de renuncia escritas por los propietarios originales eran usadas como una especie moneda de cambio. Estos bancos de grano continuaban sirviendo a los granjeros y a los comerciantes incluso después de la introducción de la moneda acuñada. Bajo el reinado de los Ptolomeos, un banco central en Alejandría guardaba almacenadas todas las cuentas de los bancos de grano del país. Los pagos eran transferidos de cuenta a cuenta de un modo similar a los giros bancarios modernos. Las entradas de crédito eran guardadas con el nombre del propietario en caso genitivo o posesivo y el débito entraba en caso dativo. Desde la segunda mitad del primer milenio aC, el oro, plata y cobre en especie fueron mucho más usados en los tratos con extranjeros, fueran mercenarios o comerciantes. Los altos tipos de interés no alentaban el comercio, y durante el primer milenio aC pusieron a los mercaderes egipcios en desventaja frente a los comerciantes extranjeros, que tenían fondos en el exterior. Durante el Periodo Saita, la tasa de interés mensual podía llegar al 10%.
  5. Energía: El principal recurso de energía de la época antigua era la fuerza del músculo proveniente sobre todo de los hombres. Los arneses para animales eran ineficientes: el yugo que descansa sobre los hombros del animal no era todavía conocido, y los astiles de los arados se sujetaban a los cuernos de las vacas. Los vehículos con ruedas de radios ligeros empezaron a usarse en el Imperio Nuevo y servían principalmente para la guerra y el deporte. Los caballos se introdujeron durante el Segundo Periodo Intermedio y nunca fueron importantes para la economía. Todo lo que se transportaba por tierra, incluidas las áridas regiones del desierto, era llevado tanto por humanos como por burros, o arrastrado por trineos de madera. La energía eólica se explotó únicamente en los barcos e incluso para ellos era bastante ineficiente: las velas cuadradas que se usaban sólo permitían navegar a favor del viento. El fuego era necesario para cocinar y hornear la comida, fundir y modelar el metal, cocer la cerámica y raramente para fabricar ladrillos. El trabajo del metal tuvo que conseguirse altas temperaturas, y esto posiblemente fue conseguido gracias al carbón vegetal. En las épocas antiguas no se podía conseguir carbón y la madera era bastante escasa, por lo que se cree que los fuegos ordinarios tendrían que ser alimentados con cualquier vegetal seco o materia animal que estuviesen a mano. También se usó el calor del sol ampliamente para la producción de ladrillos de barro, que era el material perfecto para la construcción en un país que prácticamente carecía de lluvias como Egipto.
  6. El Arte de la Guerra: Las aventuras militares podían ser un gran foco de beneficios económicos -siempre que uno saliese victorioso. Egipto fue afortunado en ese aspecto hasta el Periodo Tardío, cuando cayó bajo el dominio del Imperio Romano, que explotó duramente todas sus provincias. Los intentos de Cleopatra VII por mantener la independencia fueron inútiles y el país cayó presa de Octavio Augusto. Durante el gobierno del Mediterráneo por parte de Roma, Egipto fue poco más que el granero imperial. Los valientes durante la batalla eran recompensados con cargos, condecoraciones en forma de collares y brazaletes de oro, y regalos de tierras y esclavos de guerra, así como parte del botín expoliado a los enemigos. A las naciones vencidas se les imponía un tributo e intercambio de “regalos” entre el rey egipcio y los reyes de los estados clientes, generalmente saliendo Egipto beneficiado.
  7. Esclavismo: La práctica del esclavismo en Egipto parece menos dura y menos extendida que en otras sociedades de su misma época (como Grecia o Roma). Aunque aún había algunos sectores de la economía que funcionaba de este modo, como la minería. Hay que decir, que el esclavismo no se entendía del mismo modo en Egipto que en sus países vecinos. Sólo había dos modos de llegar a esta condición: como prisionero de guerra (soldados), o como pago de una deuda (en este caso, era raro que la familia del “esclavo” sufriera el mismo fin, a menos que el contrato lo especificase así). Los esclavos, al contrario que en otros sitios, tenían derechos, podían poseer tierras o familias, casarse cuando así lo deseasen, incluso con gente libre, disponer de su dinero y posesiones como mejor les pareciese, y un sin fin de comodidades de las que otros individuos en otras sociedades de la época carecían.


EL MERCADO DOMÉSTICO:

En una sociedad en la que la mayor parte de la población vivía de la agricultura y sus frutos, el mercado era limitado. Las necesidades de los granjeros eran básicas: grano para hornear pan y fermentar cerveza, pescado seco, verduras, algo de lino para hacer tejidos y ropa básica y ladrillos de barro para sus casas. La comida y el lino podían ser cultivados por ellos mismos. El barro se conseguía en las riberas del río Nilo. Y algunas veces, se producía un excedente que podía ser intercambiado por pequeños lujos.

  1. El trueque: El comercio se realizaba por trueque, un método razonablemente eficiente cuando muchas de las necesidades básicas podían ser intercambiadas. Incluso después de que se introdujese la moneda acuñada, el trueque continuó siendo la forma más utilizada entre la gente del campo durante siglos. El grano y el aceite servían a menudo como moneda de cambio. Por otro lado, almacenar grano requería instalaciones adecuadas. Las pérdidas por las inundaciones, el fuego y las pestes, así como las ratas y los insectos, eran altas. Los almacenes no podían ocultarse, ni de los ladrones ni de los recolectores de impuestos. Los artículos voluminosos eran más difíciles de transportar que los metales preciosos. Si tus necesidades se salían de lo ordinario, debías utilizar enlaces que te consiguieran lo que necesitabas. Las medidas también era una dificultad, ya que las jarras no tenían medidas estándar de tamaño o peso, y las escalas no eran sencillas de conseguir. Así, tal y como sucede hoy día, los negocios iban bien siempre y cuando hubiese buena voluntad y ambas partes fuesen honestas.
  2. El intercambio de regalos: Como era usual en muchas sociedades pre-industrializadas, el intercambio de mercancías no era simplemente una actividad económica, sino que a menudo, en los casos de los bienes de lujo principalmente, tenían un significado social. La costumbre de intercambiar regalos oficialmente entre individuos de estatus desigual implicaba, además de un valor económico, el conocimiento de las posiciones sociales y los roles de las dos partes, sentimientos de honor, y era considerada una muestra de generosidad que incrementaba el prestigio del que los entregaba.
  3. Valores abstractos de equivalencia: La proporción de valores entre los artículos más comunes era conocida por todo el mundo. Pero la dificultad para recordar todas las combinaciones de valores provocó la creación de un sistema de valores abstracto. Ciertas cantidades, como el deben, el seniu o, desde el Imperio Nuevo, un kit de oro, plata y cobre, eran usadas como unidades. Generalmente, parece que el metal no cambiaba de manos durante estos intercambios.
  4. El metal como medio de cambio: Durante el Imperio Nuevo, al menos la plata (llamada “hedy” en egipcio) se utilizaba comúnmente como ”medio de cambio”, similar al uso que se le dio posteriormente al kesef en la Biblia de los hebreos.
  5. La introducción de la moneda: En el siglo V aC se fueron introduciendo monedas extranjeras. Al principio, estas piezas importadas de oro y plata eran usadas por los egipcios más como metal para estandarizar pesos que como auténtica moneda. A partir de la mitad del siglo IV aC, según los comerciantes del Mediterráneo utilizaban más y más el metal acuñado como método de cambio, y según los mercenarios griegos, que hasta entonces se conformaban con pagos en tierras, comenzaron a demandar el pago “en especie”, una Casa de la Moneda egipcia comenzó a producir monedas similares a los tetradracmas griegos. Mientras que las monedas de oro y plata eran utilizadas solo ocasionalmente, las de uso diario generalmente estaban hechas de bronce, así como en tiempos anteriores los valores de cambio eran calculados en base a un estándar de cobre. El impacto que la moneda acuñada tuvo en la economía doméstica y el comercio fue probablemente pequeño hasta la época romana.
  6. Crédito: El garantizar crédito de una persona a otra era probablemente una práctica bastante extendida. Tal vez una de las partes no tuviera lo que la otra quería en el momento del cambio. Tal vez la cantidad de una sola transacción fuese demasiado pequeña y el número de pagos pendientes fuese decidido por ambas partes, o una parte aplazase la transacción de sus objetos hasta que fuese más conveniente. A parte de los créditos personales, la gente podía depositar grano en los almacenes del Estado y escribir órdenes de renuncia que servían como pago. Estos bancos de grano, en vez de pagar intereses sobre el depósito, deducían anualmente un 10% del total, que representaba la pérdida de grano por causas naturales. Los intereses de los préstamos podían ser horrendos. Esas tasas ponían a los desfavorecidos al mismo nivel que aquellos pertenecientes a sociedades mucho más brillantes económicamente. En Egipto el incentivo por expandir el comercio a través de créditos baratos era, tal vez no sorprendente en una economía dominante, sino inexistente durante la mayor parte de su historia. El aumento de bancos provocó un inicio del uso de moneda en vez del grano perecedero. Las órdenes de pago eran cargadas y retiradas de las cuentas del banco real. En los bancos también tenían que estar seguros de la identidad de los deudores, así que tenían archivos donde anotaban sus ascendencia, su edad, las características físicas, la profesión y todo lo que podían sobre su vida. Bajo gobierno romano, Egipto se vio integrado en un imperio, y los usos comerciales cambiaron totalmente para equipararse a las que usaba Roma. Los prestamistas de dinero tenían que ser siempre cuidadosos y asegurarse de que no perdían nada de lo prestado. También se podía obtener crédito entregando tus propiedades. Las casas de empeño existieron en Egipto por lo menos desde el Periodo Romano. Los principales objetos que se solían empeñar eran aparentemente de joyería, aunque también se hacía con muebles, herramientas de metal y utensilios diversos.
  7. Lugares de mercado: Los sitios preferidos para situar los mercados eran los muelles, ya que toda la población egipcia vivía muy cerca del Nilo; además los barcos y los botes eran más baratos y rápidos que otros medios de transporte. Las esposas de los granjeros vendían ropa, grano o aves de corral, y los marineros les pagaban con grano, intercambiando parte de él para obtener un suplemento a su dieta habitual.
  8. Los mercaderes: El comercio a pequeña escala estuvo a menudo en manos de los granjeros o sus esposas. Vendían, sobre todo, grano, fruta, verduras, aves de corral y ganado, pero también productos procesados como el aceite, la cerveza, el vino, el pan o la fibra de lino. Los marineros y los viajeros podían obtener un buen beneficio de sus desplazamientos. El comercio exterior estaba sobre todo en manos de los emisarios reales. También es probable que una gran parte de los comerciantes que se dedicaban al comercio interior fuesen agentes de la corona o de los grandes templos. Durante el segundo milenio antes de nuestra era el contacto con comerciantes extranjeros en suelo egipcio estuvo probablemente en su totalidad en manos del equivalente a los actuales mayoristas, gente que tenía suficientes recursos como para que tanto los extranjeros como ellos hiciesen fortuna. De todas formas, la cantidad de mercancías que se podía transportar en los barcos marítimos no era muy grande (los barcos más grandes desplazaban menos de 100 toneladas), con parte del peso ocupado por los embalajes. En época romana, el estado faraónico, que había controlado la mayor parte de la economía recolectando y redistribuyendo las mercancías necesarias, había dado paso a una administración colonial cuyo mayor propósito era la explotación de Egipto en favor de Roma. Todo el mercado estaba en manos de personas privadas que a menudo se organizaban en gremios; estos tenían ciertas ventajas y ayudas sociales.

GRANJEROS Y AGRICULTORES:

La vida en el Antiguo Egipto estaba enormemente vinculada con la agricultura. Una gran parte de la población se dedicaba a las tareas agrícolas, durando la estación de la cosecha unos ocho o nueve meses. Los cultivos más importantes eran los del trigo, la fruta y las verduras, aunque también había dedicación ganadera, criando vacuno, ovejas o cabras.

Los egipcios cultivaban tres tipos distintos de trigo, varios de cebada; y lino, que era de donde obtenían la fibra textil para su ropa. Como segundo tipo de cultivo , plantaban una amplia variedad de verduras y hortalizas, incluyendo las cebollas, el ajo, el apio, la lechuga, los rábanos, el repollo, los espárragos, los pepinos, las lentejas, los guisantes, las judías y varias especias.

Extraían valiosos aceites vegetales de las semillas de sésamo, lino y ricino. La época de inundaciones era un periodo de respiro para la dura vida del granjero, a menos que fuese llamado para servir en el ejército o en los trabajos públicos (obras, sobre todo).

Cuando las aguas del Nilo volvían a bajar y el agua iba desapareciendo poco a poco, dejaba tras de sí una gran cantidad de barro y cieno fertilizante que penetraba profundamente en la tierra de cultivo. Aproximadamente un mes y medio después, el granjero volvía para achicar el agua restante, que se habría vuelto salobre por la evaporación.

Una vez que el agua se había drenado completamente y el suelo era lo suficientemente firme para caminar sobre él, los campos eran arados una o dos veces con bueyes, y usando azadas, se rompían los últimos terrones. Cuando las semillas se echaban sobre los campos, se volvían a usar los animales para enterrarlas bien en la tierra.

  1. El riego: El riego era esencial para una buena cosecha. Los granjeros solían usar dos métodos principales de riego artificial:
  • Canales de riego: pequeños canales que llevaban el agua desde el Nilo y se conectaban mediante pequeños diques. Los canales guiaban las aguas de las inundaciones a los diques, y el granjero podía abrirlos para que el agua entrase en los campos.
  • Shaduf: era ideal para regar cualquier tierra amplia. Un poste largo en equilibrio sobre una viga transversal con una cuerda y un caldero en uno de sus extremos, y un contrapeso para equilibrar en el otro extremo. Tirando de la cuerda, el caldero entraba en las aguas del Nilo y el contrapeso elevaba el caldero hasta un nivel donde pudiese ser vaciado dentro de un canal o cisterna en uno de los bordes del campo. El shaduf incrementó la cantidad de grano recolectado y el área de tierra cultivable. Aún es posible ver shaduf en funcionamiento en la actualidad a las orillas del Nilo en el Alto Egipto. El aprovisionamiento de agua para los campos y el mantenimiento de los trabajos de riego eran responsabilidades comunales de todo el Estado, pero los propietarios locales, particularmente los nobles provinciales, se veían mucho más implicados en estas tareas que el gobierno central.
2. Los propietarios: La agricultura y la ganadería eran un pilar central para la sociedad del Antiguo Egipto, como ya se ha dicho, y como tal, la mayor parte de la población estaba directamente relacionada con estas actividades, con la excepción de la realeza, la nobleza y los escribas. Los miembros de la nobleza, de todos modos, se veían envueltos en las actividades económicas de la agricultura, ya que eran ellos los que solían poseer las tierras de labranza y debían supervisar todas las labores del campo. Los granjeros a tiempo completo generalmente trabajaban la tierra de propietarios ricos, y se les pagaba con comida, ropa y refugio. Las familias podían alquilar la tierra algunas veces a estos propietarios, y estaban obligados entonces a dar un porcentaje de sus cosechas al arrendador como pago.
Otros, quizás menos afortunados, debían dragar canales, recuperar la tierra y preparar el suelo como pago al gobierno central. Si intentaban eludir estos trabajos, el granjero y su familia podían ser castigados.
Los granjeros normalmente estaban vinculados a la tierra que trabajaban. Esta tierra podía ser administrada por el estado, pertenecer a un templo, o incluso formar parte de la dotación de una tumba. Incluso si la tierra era vendida o cambiaba de manos, los granjeros estaban todavía obligados a trabajar esas tierras.

II. LA ECONOMÍA EN LA ANTIGUA ROMA:

Históricamente la economía romana no muestra una evolución estable. Igualmente en ella, aunque de manera diferente a la era actual, hay sucesiones de progreso y crisis y cambios de las fuerzas productivas. Estos acontecimientos los encontramos desde la época primitiva; en la monarquía hallamos dos fases: la latina, de formación de un estado unitario, y la etrusca, de gran auge económico y floreciente desarrollo de los organismos estatales en los modos clásicos de la ciudad-estado. No es sino hasta el siglo IV d. n. e. en donde vemos los iniciales avances económicos debido a los logros sociales que proporcionaron unas colosales reformas, políticas y económicas a un tiempo, pese a que no se modificaran de forma radical los estilos de las fuerzas productivas.

En sus orígenes Roma fue una pequeña aldea de procedencia indoeuropea, que estaban descubriendo la agricultura, como se cree por la presencia de grandes bosques, cuyo nombre recordaba la toponimia, como Querquentual, Fagutal, Viminal. Asimismo la religión tiene evidentes factores de índole pastoral de la economía antigua. La particular leyenda sobre los inicios de Roma, hecha por historiadores griegos, como Timeo y Jerónimo de Cardia, que conocieron las noticias directamente, tomándolas como fuente primaria, según los historiadores posteriores, de las poblaciones agrícolas de la región, parece entrelazarse con elementos de una sociedad pastoril. Investigadores, arqueólogos y naturalistas resaltan la condición silvestre y pastoral de Roma primitiva.

A diferencia de otras economías arcaicas, el medio de intercambio y la medida de las multas, antes que apareciera la moneda ejerciendo las funciones de dinero, era el ganado el que servía como medio de pago. Marco Terencio Varrón (Marcus Terentius Varro), el mas famosos de los economistas romanos, nos dice que el nombre del dinero, «pecunia», se deriva de «pecus», ganado, porque para los pastores, en la antigüedad, el dinero consistía en el ganado quien hacía sus veces.

Con relación a la cría de ganados, la bovina era la más común desde épocas muy remotas; tanto es así que las normas arcaicas prohibían matar bueyes, quienes se consideraban como compañeros del hombre en el trabajo rustico y ministros de Ceres; el que infringiera esta medida se le castigaba con la muerte. Pero esta prohibición pertenece a una época en la cual ya se había desarrollado la agricultura.

Es importante señalar que en el primer periodo de la monarquía latina la economía romana fue una economía de transición del pastoreo a la agricultura. Las demás actividades productivas debieron ser muy limitadas, debido también a los obstáculos habituales de intercambio y a la escasez de productos para la exportación. Igualmente debemos afirmar que Roma era pobre en metales, no disponía de minas ni de materias primas.

Las minas de hierro de la isla Elba eran de gran valor, contribuyeron al comercio etrusco, pero Roma se aparta con lentitud de la más antigua de la cultura de bronce. Sin embargo, en períodos prehistóricos, los investigadores no encuentran explicación a la forma cómo se difundió el cobre, el cual utilizaban en barras y lo transformaban en bronce y lingotes para los intercambios. Esto nos lleva a pensar que los romanos para esa época ya practicaban una economía abierta, no obstante a la condición familiar y domestica de las más primitivas; por consiguiente, el metal en los negocios era un medio de cambio (per aes et libram) y no una mercancía que se pagaba con otras mercancías. Luego, con estas evidencias, podemos afirmar que estamos frente a una economía de cambio, si nos atenemos a la existencia de dos líneas comerciales conocidas: la de Oriente a través de Sicilia y otra de Oriente central a través de la ciudad de Emesa, hoy Homs (Siria).

Es preciso señalar que el intercambio monetario no existía, pues las monedas romanas únicamente las usaban en el comercio con el imperio o como símbolo de poder.

Factores como la naturaleza del suelo, el relieve y el clima no tuvieron cambios en los territorios agrupados bajo el domino político y administrativo de Roma, en otros tiempos independientes y que formaban estados separados unos de otros; por consiguiente, la agricultura, la ganadería, la caza, y la pesca, la flora y la fauna, en términos generales, se encontraban igual que antes, determinadas por idénticas condiciones geográficas. Sin embargo, hay que destacar el gran progreso que tuvo la economía agrícola en las posesiones conquistada donde había pantanos, bosques y desiertos.

Las tierras pantanosas cercanas a las ciudades y a los campos fueron atacadas. Le hicieron obras de drenaje, dispuestas a suministrar la salida de las aguas retenidas, que permitieron sustituir a ellos un suelo mas seco, más estable, mas salubre. Esa obra de depuración fue atribuida a veces a los veteranos a principios del reinado de Tiberio, uno de los fustigadores de la insurrección de las legiones de Panonia.

Las posesiones que con anterioridad no eran cultivadas –ya sea por causas del clima, del relieve, o por la falta de labor humana, y al mismo desierto incluso– se dio lugar a ricos dominio inteligentemente explotados. No obstante, en ciertos territorios, en otros tiempos, florecientes y productivos, como la Italia Central, Meridional y la mayor parte de los cantones de Grecia, muchas pertenencias fueron abandonadas y volvieron al estado de inculto; las comarcas nuevamente conquistadas u ocupadas ofrecieron, por el contrario, a la economía agrícola vastos espacios hasta entonces olvidados por el hombre y que durante varios siglos se plagaron de abundantes cosechas en el Norte de África y en Europa, es donde mejor podemos ver este cambio.

Es de anotar que el progreso de la agricultura en la mayor parte de las provincias europeas es menos profuso y riguroso. Pero no podemos desconocer que la agricultura hizo grandes avances en ciertas regiones de España; por ejemplo, en el centro y en el Noroeste, donde las primitivas organizaciones tribales fueros sustituidas, al menos en parte, por la vida urbana.

Igualmente debemos señalar que el más característico ejemplo en la aplicación del método racional a la economía fue el sorprendente desarrollo del cultivo del Olivo en los países semidesérticos, tales como las altas mesetas de Argelia y Túnez, la vertiente Oriental de la cadena libanesa y las regiones que se extienden desde Hamath y Homs hasta Palmira.

Destacamos la construcción de acueductos, la conexión de aguas múltiples, obras hidráulicas, etc. en los primeros siglos del imperio, que contribuyeron al desarrollo de la economía rústica en ciudades, villas, granjas y países conquistados; un ejemplo fehaciente lo encontramos en Egipto en el curso aledaño al río Nilo.

En materia de ganadería se presentó el caso de crías especiales de elefantes y camellos, únicas novedades que podríamos anotar en la época imperial. Pero el empleo de esos animales era muy limitado, no parece haber tenido gran trascendencia ni siquiera un carácter verdaderamente económico.

En cuanto a las políticas dispuestas por la vida publica y privada habría contribuido más fuertemente sobre el desarrollo de la industria y la estructura de ésta, que sobre las demás ocupaciones económicas como fueron la agricultura, la ganadería, la organización de la propiedad y del quehacer agrícola. De la misma manera los efectos de la hegemonía romana ayudaron eficazmente a impulsar la producción industrial de los talleres orientales debido a la expansión y el avance de las relaciones comerciales entre la sociedad mediterránea por una parte, y el extremo Oriente, la india y el África oriental, por otra; la preferencia cada vez mas acentuada de los occidentales a los productos manufacturados de lujo hechos en Alejandría, Fenicia, Siria y Asia menor, y la seguridad de las comunicaciones marítimas.

El apego de los romanos a los componentes suntuosos y a las lujosas construcciones, explica que en los muelles del Tíber, al pie del monte Testacio, se hayan desembarcado bloques de mármol, granito de varios colores sombríos o brillantes. Por estas razones, ciudades abandonadas pero que conservaban yacimientos pudieron florecer. En general los primeros siglos de dominación, en todas partes del imperio romano se trabajaba en la extracción de materiales metalúrgicos de calidad y colores muy valorados.

Las canteras de minerales metálicos, como también de materiales preciosos: oro y plata, del mismo modo los elementos de obra: hierro, cobre, plomo, estaño, etc., continuaron otra trayectoria de acuerdo si se le investigue en Grecia o en Oriente o en la parte septentrional y occidentales del mundo romano. Las minas griegas estaban agotadas, Macedonia y Tracia eran aun ricos en oro y plata, diferentes partes de esa franja estaban en desventaja debido a que la sección del norte y Occidente del orbe romano eran las que más producían, además, poseían mayor diversidad.

Con todo, es preciso señalar que mucho antes de la llegada de los romanos los talleres orientales ya existían desde hacia bastante tiempo; igualmente otros pueblos del Mediterráneo oriental tenían múltiples industrias metalúrgicas. Sin embargo, fue con el arribo de éstos en que se inició una efectiva explotación de los recursos mineros. Para el desarrollo de esas tareas disponían de procedimientos especiales, muchos de ellos, aún vigentes al servicio de la humanidad.

El gobierno imperial era conocedor de la significación de estos recursos mineros y la labor que desempeñaban en la economía romana; de la misma forma, la trascendencia de las canteras de mármol, las salinas terrestres o marítimas y los elementos fastuosos. De ahí que cada región de producción tuviese un administrador conocido como «procurador».

Entre tanto, las materias primas proveídas a la industria por las distintas comarcas del imperio, por abundantes y variadas que fuesen, era necesario importar otras de diversos países; por ejemplo, el ámbar de la germanía septentrional, el alabastro de Arabia, el marfil de África, etc.

Por otra parte es interesante saber que en Occidente, las distintas industrias conservaron un periodo de vida, entre dos a tres siglos, grandiosamente productivas. Los orígenes de este acontecimiento económico se atribuyen, dentro de muchos, a los siguientes factores:

En primer término al establecimiento de diversas ciudades en África del norte, en la península ibérica, en la Galia y en los países ribereños del Danubio.

En segundo lugar la construcción de un sistema de rutas terrestres bien armonizado y la ordenación de la navegación fluvial, que proporcionaron las mejores relaciones entre las provincias y, por ende, el tráfico de los productos elaborados.

Y el tercer motivo el incremento de la demanda en los artículos fabricados, no solamente en el ámbito local, sino regional e interregional.

Por su parte la cerámica, similarmente que la metalurgia, en sus variados diseños tuvo una gran trascendencia en el período imperial; no la porcelana de tipo artístico, sino la utilitaria como vajillas y figuritas. Se distinguen en esta clase de industria: Italia y Galia. Igualmente destacamos la producción textilera en todo el Occidente e Italia, sobresaliendo el uso de la lana y el lino. Para ello, se fortaleció la cría de ovejas en todos los lugares, principalmente en Italia y Galia, quienes de la misma manera ocupaban el primer lugar.

De esta forma el incremento de la producción agrícola, la ganadera y la industrial, en las primeras etapas del imperio fue impresionante, o sea que la fabricación de algunos productos era mayor que el consumo. Hay, sin embargo, quienes piensan que al mismo tiempo, al menos en parte, se habían especializado. Por este motivo en numerosos territorios, la utilización del suelo y la manufactura de mercancías no alcanzaban a satisfacer la demanda.

Al mismo tiempo, Roma y casi toda Italia eran potentes medios de persuasión para grandes productores. Pues, la agricultura había disminuido y la industria no se había desarrollado sino en lugares específicos, por lo que la importación de bienes se puso al orden del día. De hecho un considerable número de habitantes, tanto de las clases altas como de las menos favorecidas, de Roma y de las principales ciudades tenían el lujo como una necesidad principal.

Estos escenarios trajeron consigo una necesaria expansión de las vías de comunicación y de los medios de transporte, que a su vez ocasionó un movimiento comercial con una intensidad jamás vista y que sobrepasó los límites del imperio. También en cada ciudad, los mercaderes, obreros e industriales se vieron obligados a organizarse en corporaciones, siendo este hecho una de las características especiales de la economía romana.

Ahora bien, como resultado de lo anterior, se hacía necesario poseer unos medios de cambio adecuados a tal situación. En otros momentos y desde hacía mucho tiempo, en la mayoría de los países del Mediterráneo, la moneda había llegado a ser el instrumento corriente de las transacciones comerciales. Sin embargo, cada población acuñaba su propia moneda, y Roma no era ajena a ello, hacia el año 269 a. d. n. e. ya acuñaba las primeras monedas de plata, que pasaron a reemplazar las de cobre, imitando a las griegas para toda operación comercial y con mucho prestigio en la política exterior. La unidad monetaria de plata era el «denario», que estaba dividido en diez «ases». Posteriormente de la constitución del imperio, Augusto luchó por implantar, en todos los países sometidos a Roma, el sistema monetario romano.

En un comienzo sólo el emperador tenía derecho a acuñar monedas de oro y de plata. Más tarde autorizó a ciertas poblaciones de Oriente acuñar estas últimas; podríamos citar aquí a ciudades como Antioquía, Alejandría y Rodas, cuyos tetradracmas y dracmas estaban en correspondencia relativamente sencillas con respecto al denario de Roma. También varias ciudades de Occidente como Gades, Nimes, Lyon, entre otras, habían recibido el privilegio de acuñar monedas de bronce, inclusive de plata; aunque esta fue una concesión fugaz. Antes de la caída de la dinastía Julio-claudius, las monedas coloniales, incluso las de bronce, habían desaparecido en todo el Occidente. Asimismo, Augusto delegó al senado el derecho a poner en circulación piezas de bronce, las principales de las cuales eran el sextercios y el as; las letras SC labradas sobre esas monedas legitiman esa facultad monetaria del senado. Al mismo tiempo, a las localidades del Oriente se les dio la potestad de acuñar monedas de bronce bajo la obligación de que en ellas apareciese la imagen imperial. Sólo Atenas parece haber sido la excepción de esa exigencia. Aunque para los grandes negocios comerciales e interregionales, la acuñación de bronce carecía de todo valor. La realidad es que también esas actividades comerciales no se hacían en efectivo, sino que se disponían a través de convenios bancarios, formalizados en Roma por los «argentarii» y los «nummularii». Es de anotar, que en Oriente, el sistema bancario existía desde hacia mucho tiempo.

Finalmente, la doble disposición monetaria y bancaria benefició el gran comercio y alivió muchas dificultades que se presentaban por la misma expansión del imperio y de la infinidad de organismos económicos existentes.

Otra herramienta básica en las relaciones económicas y civiles lo constituyó la gran difusión del Derecho Romano que sirvió para reglamentar toda clase de transacciones en beneficio particular de los ciudadanos y en general de las regiones.

Para finalizar nuestro estudio, desearía llamar la atención sobre los dos primeros siglos de la era actual, que en términos generales fueron de progreso. Como derivación de ese ascenso, las ciudades crecen en número y tamaño. Igualmente el modelo económico romano tuvo la disposición a crear latifundios, y el imperio aceleró esta característica a base de confiscaciones. La producción de los feudos era enorme y su rendimiento beneficiaba la hacienda pública, debido a que muchas tierras eran de propiedad del emperador; en cambio el número de proletarios se incrementó, al tiempo se tendió emplear esclavos para las labores, porque resultaban más económicos. Los campesinos intentaron abandonar el campo y el estado los obligó, tanto a ellos como a sus descendientes, a permanecer en sus tierras, quedando para siempre ligados a ellas.

A finales del s. II se presentó una grave depresión económica debido a las penetraciones bárbaras, a las guerras civiles y a las epidemias. Muchos oficios fueron abandonados, los impuestos se incrementaron y la riqueza disminuía. El oro y la plata cada vez eran más difíciles de conseguir porque muchas minas se habían agotado. El déficit del estado era abrumador, por lo que la ley de la moneda debía bajar permanentemente. La mala moneda desplazó de la circulación a la de buena calidad. Para esta época una libra de oro de buena ley costaba 1.125 denarios, y un siglo después –en tiempos de Diocleciano– valía 50.000. Gradualmente se regresó al sistema de trueque; incluso, el mismo estado aceptaba los tributos en especie y no en monedas.

III. LA ECONOMÍA EN LA ANTIGUA GRECIA:
La economía en la Antigua Grecia se caracterizaba por la gran importancia de la agricultura, acrecentada todavía más por la pobreza relativa de los campos de cultivo de la geografía de Grecia. A comienzos del siglo VI a. C., se desarrollaron la artesanía y el comercio (principalmente marítimo), que fueron siendo cada vez más importantes en el periodo clásico.

Debe tenerse en cuenta que la idea de una economía desde el punto de vista actual es relativamente anacrónica cuando se usa haciendo referencia a la Antigua Grecia. La palabra griega oikonomia (οκονομία) hace referencia a los oikos (οκος), que significan la casa o el horno. Por lo tanto, el diálogo de Jenofonte titulado Oeconomicus está dedicado a la gestión del hogar y de la agricultura. Los griegos no tenían un término exacto para hacer referencia a los procesos de elaboración de productos e intercambio.

El economista Murray Rothbard, sin embargo, comenta que si bien el concepto en sí no existía, los antiguos filósofos griegos trataban con cuestiones que hoy en día serían identificadas como económicas.

1. Agricultura

El olivo, una de las bases de la agricultura griega.

La agricultura fue la base de la economía de la Antigua Grecia. Desde los tiempos más antiguos, la agricultura griega estuvo basada en los tres tipos de plantaciones mediterráneas básicas: cereales, olivos y viñas. Sin embargo, debido a las restricciones naturales de la zona, la producción pronto comenzó a no ser suficiente para satisfacer a la demanda. La poca fertilidad de la tierra es, por tanto, lo que explica el comienzo de la creación de colonias griegas y la importancia de las Cleruquías de Asia Menor en el control del trigo.

Además, la dieta se complementaba con el cultivo de hierbas, vegetales y plantas productoras de aceite. La ganadería, sin embargo, se desarrolló muy poco por la falta de pastos. Las especies más comunes entre los ganados eran las ovejas y las cabras. Se llevó a cabo la apicultura con la finalidad de obtener la miel, que por entonces era la única fuente conocida para obtener el azúcar.

La madera fue explotada de forma intensiva. Primero se utilizó con fines domésticos, pero luego se dedicó también a la construcción de trirremes.

Dados los medios con que se contaba entonces y las características de la agricultura como actividad intensiva en mano de obra, un 80% de la población griega estaba dedicada a ella. El trabajo agrario seguía el ritmo de las estaciones: las olivas y las uvas se cosechaban a comienzo del otoño y finales del invierno. Las tierras quedaban sin cultivar en primavera, siguiendo con la práctica habitual de la rotación de cultivos, y se cosechaban los cereales en verano. Se cortaba la madera y se hacía la siembra en otoño.

En las eras más antiguas la mayor parte de la tierra era propiedad de la aristocracia. Durante el siglo VII a. C. la expansión demográfica llevó a la aparición de tensiones entre los propietarios y los trabajadores de la tierra. En Atenas la crisis se resolvió con las reformas de Solón, que eliminaban las disputas provocadas por la obligación de unión del trabajador al propietario por deudas, además de establecer protecciones para la clase trabajadora. Por lo demás, los dominios de los aristócratas griegos fueron pequeños en comparación con los latifundia romanos.

2. Artesanía

Mujer trabajando la lana, 480-470 a. C. Museo Arqueológico Nacional de AtenasGran parte de la artesanía de la antigua Grecia formaba parte de la esfera doméstica. Sin embargo, la situación fue cambiando gradualmente entre los siglos VIII y IV a. C. con el incremento de la comercialización de la economía griega. Por tanto, tareas tan importantes como son el tejido o la preparación de pan, eran realizadas solamente por mujeres antes del siglo VI a. C. Con el crecimiento del comercio comenzó a utilizarse mucho la mano de obra de los esclavos en las artesanías. Sólo los paños teñidos de la mejor calidad, y en particular el púrpura de Tiro se hacía en los talleres.

Por otro lado, el trabajo con el metal, el cuero, la madera o la arcilla eran actividades especializadas que sí que se llevaban a cabo en talleres especializados. El taller prototípico solía ser familiar y, en ocasiones, recurría al trabajo de los esclavos. El taller de fabricación de escudos de Lisias, por ejemplo, utilizaba a 120 esclavos, y el padre de Demóstenes, que fabricaba espadas, usaba 32.

Tras la muerte de Pericles en 429 a. C. emergió una nueva clase social compuesta por los ricos dirigentes de talleres de artesanía. Entre estos podemos encontrar a Cleón de Atenas o a Cleofonte, que tenía un taller de liras.

Los trabajadores libres recibían una remuneración en función de cada trabajo llevado a cabo, dado que los talleres no podían permitirse garantizar un trabajo continuado. En Atenas, aquellos que trabajaban para la ciudad estado recibían un dracma al día, sin importar el trabajo que realizaran. El día de trabajo comenzaba normalmente a la salida del sol y finalizaba por la tarde.

3. Cerámica

El trabajo de la cerámica consistía en elegir la arcilla, dar forma a la vasija, secarla y hornearla para luego aplicar un barniz. Parte de la producción se dedicaba al uso doméstico (platos, vasijas, lámparas de aceite, etc.) o para usos comerciales, y el resto se dedicaba a funciones religiosas o artísticas.

La fabricación de vasijas decoradas en Grecia tuvo influencias extranjeras muy fuertes. Por ejemplo, el estilo de figuras negras sobre fondo rojo procede muy probablemente de los artesanos corintios, que a su vez se deriva del estilo sirio de metalurgia. La altura a la que llevaron los griegos el arte de la cerámica es, por tanto, debida enteramente a su sensibilidad artística, y no a su capacidad técnica.

La alfarería en la antigua Grecia era a menudo realizada por esclavos. Muchos de los fabricantes de cerámicas de Atenas se encontraban reunidos entre el ágora y el Dípylon, en el barrio que se conoce como el Cerámico. La mayoría eran pequeños talleres que estaban compuestos por un maestro, varios artesanos pagados y esclavos.

4. Metalurgia

Las menas de metales son comunes en Grecia. Dentro de éstas las más conocidas son los yacimientos de plata en Laurión.

Las minas contribuyeron al desarrollo de Atenas en el siglo V a. C., cuando los atenienses aprendieron a hacer prospecciones y luego tratar y refinar las menas. Además, la composición de la tierra de la zona hacía que el drenaje no fuera necesario, lo cual tenía mucha importancia si tenemos en cuenta que las técnicas de drenaje de la antigüedad no permitían la excavación por debajo de las aguas del subsuelo.

Los pasadizos y niveles de las minas griegas eran excavados con la misma preocupación por la proporción y la armonía que se ponía en la construcción de los templos. El trabajo era extremadamente difícil, dada la profundidad de los túneles, que podía ser mayor a los 100 metros. El minero, equipado con un pico y un martillo de hierro, trabajaba encorvado para extraer la galena. Las minas de Laurión, por ejemplo, eran explotadas por una gran población de esclavos, la mayoría procedentes de regiones del Mar Negro como Tracia o Paflagonia.

Otras minas griegas son:

  • Oro: Sifnos, Tasos
  • Plata: Chipre, Sifnos
  • Hierro: Eubea, Rodas, y Chipre
  • Cobre: Calcis, Eubea

5. Comercio

  • Comercio marítimo

Muy pronto en la historia de Grecia, su posición geográfica y la necesidad de importar grano forzaron a su población a embarcarse en el comercio marítimo. Las áreas geográficas en las que los griegos encontraban el trigo que necesitaban eran Cirenaica, Egipto, Italia (especialmente el área de la Magna Grecia y la isla de Sicilia) y las regiones que rodean el Mar Negro. Atenas y Corinto servían como estaciones de paso del comercio para las islas del Mar Egeo.

Además del grano, se importaron productos como el papiro, especias, productos manufacturados, metales y materiales de construcción de naves como la madera, el lino o resina. Por otra parte, las ciudades griegas exportaban vino, cerámicas y aceite de oliva. Atenas vendía el mármol que extraía de la montaña de Penteli, que tenía un gran renombre en el mundo griego, así como monedas de plata, conocidas por su elegante acuñación y por la calidad de su aleación. Las monedas no sólo servían como dinero, sino que eran una fuente de metal (plata) en aquellos lugares en los que no se usaban como dinero.

Las fuentes actuales no tienen suficiente información como para evaluar con una gran precisión el volumen de bienes intercambiados en el comercio griego. Sin embargo, sí que existen algunas estimaciones imprecisas de la importancia relativa del comercio en su economía: Daniel Jew, por ejemplo, calcula que cerca de la mitad de la riqueza generada en la Atenas del siglo IV a. C. debía proceder de los beneficios del comercio. Ian Morris, por su parte, estima que el volumen de comercio del siglo IV en el mar Mediterráneo era aproximadamente el 20 % del volumen de comercio del siglo I.

Los impulsores del comercio griego eran los pertenecientes a la clase social de los comerciantes, conocidos como emporoi (μποροι), a los que el estado imponía ciertos impuestos a la carga que transportaban. En el puesto del Pireo (el principal de Atenas) el impuesto fue inicialmente fijado en un 1% de la carga, y luego fue aumentado al 2%. Para finales del siglo V a. C., el impuesto se había incrementado hasta 33 talentos.

En el año 413 a. C. Atenas perdió los ingresos que le suponían la recolección de impuestos de la Liga de Delos e impuso una tarifa del 5% en todos los puertos de su imperio esperando con ello aumentar los ingresos. Los impuestos no tenían una finalidad proteccionista, sino meramente recaudadora.

El crecimiento del comercio en Grecia llevó al desarrollo de técnicas financieras. Muchos mercaderes, ante la ausencia de suficientes activos líquidos, recurrían a la financiación de todas o de parte de sus expediciones.

Uno de los préstamos típicos para este tipo de actividades en el siglo IV a. C. en Atenas era normalmente una importante suma de dinero (aunque no solía ser superior a 2.000 dracmas), prestada por un corto plazo de tiempo (la duración del viaje, que podía ser de varias semanas o meses), a un alto tipo de interés (a menudo del 12%, si bien podía alcanzar niveles del 100%). Las condiciones contractuales siempre se establecían por escrito, y se diferenciaban de los préstamos entre amigos (eranoi). El prestador asumía todos los riesgos del viaje, y a cambio el prestatario garantizaba el préstamo con la carga y con su flota, que como precaución era inmovilizada al retorno del viaje en el puerto del Pireo.

El comercio en la antigua Grecia era una actividad libre en la que el estado sólo controlaba el suministro de grano. En Atenas, después de la primera reunión de los Pritanos, la normativa sobre el comercio fue revisada y se creó un comité especial para la supervisión del comercio del trigo, la harina y el pan.

El número de naufragios encontrados en el mar Mediterráneo nos da una evidencia muy valiosa del desarrollo del comercio en la antigüedad. Sólo dos naufragios han sido fechados antes del siglo VIII a. C., mientras que los arqueólogos han encontrado 46 del siglo IV a. C. Esto da una idea de que hubo un gran incremento del volumen de comercio entre estos siglos y, considerando el aumento medio del tonelaje de los navíos, se calcula que el volumen de comercio total probablemente se incrementó unas 30 veces.

  • Comercio al por menor

La información que se tiene sobre la actividad minorista en Grecia es poca. Los obreros y artesanos solían vender sus propios productos, si bien también existieron comerciantes minoristas conocidos como kápêloi (κάπηλοι). Estaban reunidos en gremios y se dedicaban a la venta del pescado, aceite de oliva y verduras. Las mujeres vendían perfume y lazos decorativos.

Pagaban un impuesto por el espacio que ocupaban en el mercado y no solían estar bien vistos por la mayoría de la población, siendo objeto a menudo de hacer trampas con las medidas. Los pesos utilizados se solían revisar periódicamente y comparar con los pesos estándar.

Además, en paralelo a los mercaderes profesionales, estaban también los individuos que vendían el excedente de la producción doméstica, ya fuesen vegetales, aceite de oliva o pan, como ocurría con muchos pequeños granjeros de Ática. Entre los habitantes de las ciudades, esta tarea también recaía en las mujeres. Tenemos constancia de que, por ejemplo, la madre de Eurípides vendía verduras de su jardín.

6. Impuestos

La imposición directa no estaba bien desarrollada en la antigua Grecia. Existía un impuesto llamado eisphorá (εσφορά) que se imponía a los muy ricos, pero que sólo se recaudaba cuando se necesitaban los fondos (normalmente en tiempos de guerra). Las grandes fortunas también estaban sometidas a las liturgies, que consistían en la obligación de financiar las obras públicas. Podrían consistir en el mantenimiento de un trirreme, un coro durante un festival de teatro o un gimnasio. En algunos casos el prestigio que acarreaba llevar a cabo estas acciones servía para atraer a los voluntarios. En otros casos se trataba de una donación obligatoria.

En algunas ciudades, como Mileto o Teos, se imponían fuertes tributos a los ciudadanos.

Por otra parte, los impuestos indirectos eran bastante importantes. Se imponían impuestos sobre las casas, los esclavos, el ganado y animales domésticos, el vino y el heno, así como sobre otros productos. El derecho a recolectar esos impuestos solían transferirse a los publicanos, o telônai (τελναι). Sin embargo, esto no era así en todas las ciudades: las minas de oro de Tasos o los impuestos sobre el comercio de Atenas les permitían eliminar esos impuestos indirectos. Otros grupos dependientes como los penestes con respecto a Tesalia o los hilotas con Esparta pagaban los impuestos a la ciudad estado a la que se encontraban sometidos.

7. Moneda

La acuñación de monedas comenzó en Lidia alrededor del año 600 a. C. Las primeras monedas que se fueron creando se pusieron en circulación en las ciudades de Asia Menor que estaban bajo su control.

La técnica de acuñación de monedas llegó a Grecia alrededor del año 550 a. C., comenzando por ciudades comerciales costeras como Egina o Atenas. Su uso se fue extendiendo y las ciudades estado pronto regularon un monopolio para la creación de las mismas.

Las primeras monedas estaban compuestas de electrum (una aleación de oro y plata) y luego aparecieron las de plata pura, que era el metal valioso más común de la región. Tracia y Macedonia extraían el metal de las minas del monte Pangaion, mientras que Atenas lo extraía de las minas de Laurium. Más adelante, a partir del siglo V a. C., comenzarían también a acuñarse monedas menos valiosas, realizadas en bronce.

Las monedas más famosas de la antigüedad griega fueron los "búhos atenienses", que todavía hoy se utilizan para ilustrar la moneda de euro que es acuñada en Grecia.

Las monedas tenían varios usos en el mundo Griego:

  • Servían como dinero, para realizar intercambios comerciales, y siendo utilizados por las ciudades-estado sobre todo para la contratación de mercenarios y para el pago a los ciudadanos por sus servicios.
  • Eran una fuente de ingresos. Los extranjeros tenían que intercambiar su moneda por la local con un tipo de cambio favorable a la ciudad-estado.
  • Servían como una forma de almacenar metales preciosos y así poder trasladarlos como bien de consumo. Eso explica los descubrimientos de monedas atenienses con altas concentraciones de plata a grandes distancias de la ciudad.
  • Por último, la producción de moneda propia suponía para la ciudad-estado que la llevaba a cabo un cierto prestigio frente a la que no era capaz de hacerlo.


IV. LA ECONOMIA EN EL ANTIGUO PERÚ:

ACTIVIDADES ECONOMICAS:

La base de la economía fue la agricultura; las tierras eran comunales. Cada familia tenía sus tierras para cultivarlas y alimentarse. Las familias más numerosas, recibían mayor cantidad de tierras.

La forma de trabajo de las tierras era la “minka”, es decir, “se ayudaban en las tareas agrícolas en forma comunitaria”. El Portal Fuenterrebollo, nos dice que “… bien cuando un individuo tenía tanto trabajo que no podía con él, o en caso de huérfanos, enfermos y viudas”. “Cuando no se podía cultivar ciertas especies necesarias (las papas, por ejemplo), parte de la comunidad se asentaba en otras zonas. Esta forma de obtener recursos se conocía como “complementariedad ecológica”.

La base de la alimentación inca, fue la papa y el maíz, complementada con carne de auquénidos: llama y alpaca. En las zonas altas de los Andes, se cultivaron y cosecharon hasta 200 especies de papas, que se diferenciaban por el color y el tamaño. Para evitar su descomposición y con fines de almacenarlas o para la alimentación de su numeroso ejército sobre todo cuando salían de campaña, aprendieron a secar y trozar la papa (liofilización), luego, antes de consumirlas las volvían a hidratar y se cocinaban. Complementaban esta dieta con otros vegetales como olluco, oca, tomate, frijol, zapallo, ají, maní (del cual además extraían aceite), quinua y frutas.

Los incas no sólo cultivaron los terrenos planos o semi inclinados, usaron un sistema ingenioso para cultivar las laderas de los cerros, esta técnica consistía en formar terrazas, denominadas “andenes”, que rellenaban con tierra vegetal que era contenida con muros de piedra. Además de la lana que les proporcionaban los auquénidos, sembraron, cosecharon y usaron el algodón para la confección de su vestimenta. En las tierras correspondientes a la selva alta, sembraron y cosechaban la “hoja sagrada”: la coca.

Pescaban diversas especies de peces y cazaban aves silvestres. Para mantener tal cantidad de tierras sembradas, los incas fueron grandes ingenieros hidráulicos: mucho de los canales de regadía de la sierra aún hoy, funcionan perfectamente e irrigan las nuevas tierras de cultivo.

  • Comercio

El comercio inca constituyó un factor de unificación y de intercambio entre las distintas regiones del Imperio. Desde la costa llegaba el pescado seco a la cordillera de los Andes, por los caminos de piedra construidos por el pueblo. De la misma manera, los habitantes de la costa recibían los productos agrícolas y artesanales de la montaña.

  • Agricultura

Al ser los Andes una sociedad predominantemente agrícola, los incas supieron aprovechar al máximo el suelo, venciendo las adversidades que les ofrecía el accidentado terreno andino y las inclemencias del clima. La adaptación de técnicas agrícolas que ya se empleaban con anterioridad en distintas partes, permitió a los incas organizar la producción de diversos productos, tanto de la costa, sierra y selva, para poder redistribuirlos a pueblos que no tenían acceso a otras regiones. Los logros tecnológicos, alcanzados a nivel agrícola, no hubieran sido posibles sin la fuerza de trabajo que se encontraba a disposición del Inca, así como la red vial que permitía almacenar adecuadamente los recursos ya cosechados y repartirlos por todo su territorio.

  • Herramientas agrícolas

Los antiguos peruanos del Cusco para realizar sus labores agrícolas utilizaron, como no tenían yunta por la falta de animales, el arado de tracción humana que denominaban la tajlla o chaquitajlla, que es un palo puntiagudo, con una punta un tanto encorvada, que a veces era de piedra o de metal. Antes de su terminal tenía esta herramienta otro palo transversal, el agricultor apoyaba su pie para hundirlo en la tierra y luego hacer el surco. Las herramientas manuales incas empleadas en la agricultura no han podido ser superadas, sobre todo cuando se trata de trabajar en las laderas andinas o en ámbitos limitados como los andenes.

  • Fertilizantes

La importancia de la agricultura llevó a los indígenas a buscar fertilizantes para sus cultivos. La información que poseemos sobre abonos procede de la costa y manifiesta el aprovechamiento de recursos naturales renovables. Los principales abonos empleados son nombrados por los cronistas y fueron usados sobre todo para la producción de maíz lo cual confirmaría la sugerencia de Murra acerca de la prioridad de este cultivo. Un primer abono consistía en enterrar junto con los granos, pequeños peces como sardinas o anchovetas. Una representación de este sistema estaba pintada en los muros de uno de los santuarios de Pachacamac donde figuraba una planta de maíz germinando de unos pececitos. El segundo abono usado era el estiércol de las aves marinas que por millares anidan en las islas del litoral. El recurso llamado guano se formaba por las deyecciones de las aves y los costeños tenían por costumbre extraer el guano de las islas. El tercer recurso renovable provenía del mantillo de hojas caídas de los algarrobos y guarangos utilizadas para mejorar los suelos.

  • Los Andenes

Los incas tuvieron una especial preocupación por encontrar formas para mejorar las condiciones del suelo para la agricultura. La variedad del clima y del territorio difícil, los llevaron a buscar soluciones diversas, y fueron muchas las formas que encontraron para hacer frente al problema. Entre las medidas más conocidas se encuentran la construcción de andenes, que durante el gobierno incaico se le dio una gran importancia. Aunque demandaban movilizar grandes cantidades de mano de obra, que el estado inca podía realizar con relativa facilidad. Los andenes son terrazas agrícolas artificiales que sirven para obtener tierra útil para la siembra en las escarpadas laderas andinas. Permitían aprovechar mejor el agua, tanto en lluvia como en regadío, haciéndola circular a través de los canales que comunicaban sus diversos niveles, con esta medida evitaban al mismo tiempo la erosión hidráulica del suelo. Los andenes no sólo servían para el cultivo del maíz, sino para el cultivo de diferentes productos agrícolas, y aún para diferentes usos: para sembríos, para evitar la erosión, para el lavado de la sal mineral, etc.

  • Los Camellones

Eran terrenos artificiales construidos en las riberas del lago Titicaca. Se trataban de montículos de tierra que permitían almacenar y aprovechar mejor el agua en lugares de frecuentes inundaciones a causa de las lluvias. Usaron una serie de técnicas agrícolas en los camellones, entre ellas, el trazado de surcos artificiales para dar protección a las plantas, facilitar el drenaje durante las lluvias, inundaciones, riego, como fuentes de abono y, especialmente, para disminuir el crudo frío nocturno en las alturas, evitando de este modo las heladas.

  • Sistemas de riego

Los conocimientos hidráulicos -canales y bocatomas-, permitieron la irrigación y el cultivo, especialmente del maíz. El litoral peruano se caracteriza por sus dilatados desiertos cortados por ríos que bajan por las serranías y cuyos caudales permiten el surgimiento de la agricultura. Los costeños fueron los mayores ingenieros hidráulicos pues se perfeccionaron y lograron métodos bastante sofisticados de irrigación, sobre todo los mochicas y más tarde los chimú. En el Cuzco se canalizaron los dos riachuelos que atraviesan la ciudad, empedrando sus cauces y estableciendo puentes peatonales. Un ejemplo de la tecnología serrana es Cumbemayo, en Cajamarca, canal tallado en la piedra. La importancia de las obras hidráulicas se manifiesta en los numerosos mitos que cuentan los orígenes de dichas obras.

  • Productos agrícolas

Junto con la ganadería, la agricultura representó la base de la economía inca. Las poblaciones que habitaron el área andina lograron domesticar y aclimatar una gran variedad de productos a diversas condiciones, sacando provecho de terrenos considerados más bien difíciles para la producción agrícola. El principal producto que cultivaron era la papa, con la cual preparaban diferentes tipos de chuño; también otros tubérculos como la mashua, el olluco y la oca.

El maíz era considerado un recurso de tipo suntuario que otorgaba prestigio y era cultivado con fines burocráticos, militares y ceremoniales. En la costa cultivaron el camote, frijol,etc.

  • Ganadería

En los Andes prehispánicos, los camélidos desempeñaron un rol verdaderamente importante en la economía. Particularmente fueron la llama y la alpaca (los únicos camélidos domesticados por el hombre andino) las que, criadas en hatos de gran escala, fueron utilizadas para diferentes propósitos dentro del sistema de producción de los incas. Igualmente, fueron utilizadas otras dos especies de camélidos sin domesticar: la vicuña y el guanaco. La primera de estas era cazada mediante los chacos (cacerías colectivas) para ser esquiladas(con herramientas de ganadería como piedras, cuchillos, hachas de piedra y hachas de metal como cobre )y luego puestas en libertad; así se aseguraban que su cantidad se mantuviese. Los guanacos en cambio, eran cazados por su carne, que era muy apreciada. Los cronistas señalan que se comía la carne de todos los camélidos, pero debido a las restricciones que existían para su matanza su consumo debió haber sido todo un lujo. Probablemente la población tenía acceso a carne fresca sólo en el ejército o en ocasiones ceremoniales, cuando se hacía una amplia distribución de los animales sacrificados. En la época de la colonia, los pastos fueron desapareciendo o empobreciéndose debido exclusivamente a la presencia masiva de los animales introducidos por los españoles y los hábitos alimenticios que éstos tenían. El medio ambiente andino sufrió un cambio considerable con los animales domésticos que llegaron con la presencia hispana.

  • Trabajo

El trabajo representó la principal actividad del imperio incaico y presentó las siguientes formas: mita, minca y ayni.

  • La Mita era un sistema de trabajo a favor del Estado Imperial del Tahuantinsuyo, donde se movilizaban multitudes de indígenas a trabajar por turno en labores de construcción de caminos, puentes, fortalezas, centros administrativos, templos, acueductos, explotación de minas, etc. Existía una mita para servicios especiales como las labores de cargueros del Sapa Inca, músicos, chasquis y danzantes, los obligados a cumplir esta labor eran los adultos hombres casados, más no las mujeres, comprendían entre los 18 y 50 años.
  • La Minca, minka, o minga, es el trabajo que se realizaba en obras a favor del ayllu y del Sol (Inti), una especie de trabajo comunal en forma gratuita y por turno, era una forma de beneficio para el Estado, donde concurrían muchas familias portando sus propias herramientas, comidas y bebidas. Las familias participaban en la construcción de locales, canales de riego, así como la ayuda en la chacra de las personas incapacitadas huérfanos y ancianos. Cuando el ayllu convocaba al trabajo de la minca, nadie se negaba, pero las personas que no asistían al trabajo eran expulsados del ayllu y perdían su derecho a la tierra.
  • El Ayni era un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu, destinado a trabajos agrícolas y a las construcciones de casas. El ayni consistía en la ayuda de trabajos que hacía un grupo de personas a miembros de una familia, con la condición que esta correspondiera de igual forma cuando ellos la necesitaran, como dicen: "hoy por ti, mañana por mi" y en retribución se servían comidas y bebidas durante los días que se realicen el trabajo. Esta tradición continúa en muchas comunidades campesinas del Perú, ayudándose en las labores de cocina, pastoreo y construcción de viviendas.
  • Administración incaica

Estaba basada en la administración de bienes de acuerdo a la Reciprocidad y la Redistribución.

  • Reciprocidad y Redistribución

El curaca del Cuzco se reunía en la plaza de Aucaypata con los señores vecinos y después de celebrar las fiestas públicas el inca intercambiaba mujeres y ofrecían regalos para crear lazos de parentesco.

Después de la entrega de ofrecimientos el inca les rogaba a los señores vecinos para que les proporcionaran soldados para el ejército, con el mismo procedimiento se trataba con los jefes étnicos para que se anexaran al Estado sin necesidad de ir a la guerra.

El sistema posibilitó el rápido crecimiento y expansión del Tahuantinsuyo.

Con el desarrollo del poder del soberano el inca ya no podía reunirse con los curacas y por eso creo edificaciones en el país en representación del inca.

Los centros se caracterizaban por tener una plaza principal de excepcionales dimensiones y por numerosos depósitos para almacenar productos.

  • Red vial (Qapaq Ñan)

El Cápac Ñan (quechua: Qhapaq Ñan, 'Vía principal' )?, es el eje principal del sistema vial del Imperio Inca. Todas los caminos del imperio se vinculaban con el Cusco, la capital imperial.

El Cápac Ñan, en lengua quechua, “El camino del Señor”, es el camino inca principal de donde se desprenden una serie de caminos que unen los distintos pueblos del Imperio Inca. Durante el Tawantinsuyo constituyó un medio de integración para el admirable desarrollo de la cultura andina en los aspectos político–administrativo, socioeconómicos, sociales, culturales y ambientales.

El Cápac Ñan salía del Cusco en cuatro direcciones: al norte Chinchaysuyo, ocupado por quechuas, yungas y chibchas; al sureste, Collasuyo, ocupado por aymaras y qollas; el Contisuyo, al suroeste, ocupado por pukinas, y el Antisuyo, al oriente, ocupado por los antis (las actuales poblaciones nativas de la amazonía).

El Cápac Ñan permitió la integración de estos pueblos a través del intercambio de diversos productos, la transmisión de valores culturales, el acceso a los diferentes santuarios incaicos y el desarrollo de prácticas comunes. Fue además un símbolo del poder del Estado Inca que reflejaba su expansión a lo largo de la geografía sudamericana, llegando a abarcar seis países andinos actuales: Perú, Bolivia, Argentina, Chile, Ecuador y Colombia, y uniendo diferentes regiones que conformaban el Tawantin Suyu.

En la actualidad Bolivia y Perú vienen realizando gestiones para lograr que este gran sistema caminero inca sea considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por Unesco.

  • Sistemas de abastecimiento

La civilización de los incas denominaba tambo (tanpu en quechua) tanto a los albergues como a los centros de acopio que se repartían en los caminos, cada 20 o 30 kilómetros (una jornada de camino a pie). Podía servir para albergar a emisarios (chasqui), gobernadores o incluso al Inca, cuando éste recorría de punta a punta su territorio. No se tienen noticias de que hayan albergado también a hombres comunes y corrientes.

Además de albergar y alimentar a los dignatarios, es sabido que los tambos eran centros de acopio de alimentos, lana, leña u otros materiales básicos para la supervivencia. De este modo, en épocas de penurias climáticas o desastres naturales, los tambos alimentaban y proveían de algunos materiales para la supervivencia a las aldeas más cercanas a la redonda. Era una especie de seguro catastrófico que la administración inca había creado para su gente.

En el Imperio Inca, la agricultura era el objetivo principal a fin de asegurar el bienestar general de la población que nunca sufrió de penurias alimenticias.

  • Los chasquis

Era el mensajero personal del Inca que utilizaba un sistema de postas. Eran jóvenes entre los 18 y 20 años excelentes baqueanos y preparados físicamente desde su juventud para recorrer, a través de un sistema de postas, los extensos caminos construidos por el Sapa Inca, pues de ellos dependía a veces que se suspendiera una acción militar a tiempo o llegaran los refuerzos en una batalla.

Llevaba siempre un pututu para anunciar su llegada, un khipu, donde traía la información, y un qëpi a la espalda, donde llevaba objetos y encomiendas. En la cabeza llevaba un penacho de plumas blancas. Además, el chaskiq se convirtió en el receptor del saber tradicional ancestral, recibido de parte de los hamawt'a (sabios ancianos), para ser entregado a un nuevo receptor, y así transmitir los conocimientos en forma hermética a fin de preservar los principios esenciales de la cultura andina, ante el avasallamiento de los invasores. Actualmente, después de 500 años, los chaskiq continúan su misión.

  • Los chasquis o chasques a caballo

Durante el periodo colonial español, a partir de ca. 1535 se difundió por parte de los españoles la palabra modificada como chasqui o chasque para aludir a los jinetes cuya función era la de correos a caballo (una aproximadamente a cada que marchaban a gran velocidad de posta en postalegua si el terreno lo permitía), de este modo la palabra chasqui o chasque se difundió a gran parte de las posesiones españolas en Sudamérica y luego de la Independencia persistió su uso prácticamente hasta inicios de siglo XX.
  • El Quipu

El quipu (quechua: khipu, nudo) Fue un sistema nemotecnico de cuerdas de lana o algodón y nudos de uno o varios colores desarrollado en los Andes. Si bien se sabe que fue usado como un sistema de contabilidad por los funcionarios del Imperio Inca, se estudia su posible uso como una forma de escritura, a partir de la teoría del Ingeniero William Burns Glynn.

Los utilizaban los quipu kamayoc (khipu kamayuq), que eran los sabios del imperio incaico.

Se han hallado quipus en Caral, la ciudad más antigua de América, como también en los centros de la cultura Wari.

1. Estructura

El quipu consta de una cuerda principal, sin nudos, de la cual penden otras generalmente anudadas y de diversos hermosos colores, formas y tamaños, los colores se identifican como productos y los nudos la cantidad -llamadas cuerdas colgantes-. Puede haber cuerdas sin nudos, como también cuerdas que no se desprenden de la principal sino de la secundaria (cuerdas secundarias). Los especialistas contemporáneos piensan que los colores y quizá la forma de trenzado de las cuerdas indica los objetos, mientras que los nudos harían referencia a las cantidades, incluyendo el número cero.

"Entre los quipus conocidos hay una gran variedad de tamaño y complejidad, pues van desde los muy simples hasta los que tienen más de mil cuerdas" (Franklin Pease García Yrigoyen).

2. Uso

Se sabe de su uso contable, registro (censos, cosechas) y se investiga sobre su utilidad como sistema de representación lingüística y de memoria (historia, canciones y poemas).como tambien para contar su ganado.

3. Contabilidad

Su uso como sistema de numeración es la forma más conocida. En este caso, las cuerdas secundarias representan, cada una, un número. Los nudos van indicando las cifras según su orden: las unidades se hallan a mayor distancia del cordel principal. Pablo Macera dice que el quipu era el elemento matriz de la cultura inca y que el control político se debió en parte a que a través de ellos podían llevar un cálculo de los pueblos que controlaban. Para el conteo, también se apoyaban en el uso de la yupana o ábaco inca, del cual se conoce su existencia por los cronistas, pero no su manejo específico, aunque hoy en día se ha adaptado como instrumento pedagógico, para enseñanza de las matemáticas en proyectos interculturales, en Perú, Bolivia, y Ecuador.

4. Posible Escritura

Es de recordar al respecto que en los Andes no se conocía la escritura con caracteres sobre una superficie, tal y como se entiende en occidente, pero los quipus parecen haber sido una eficaz herramienta nemotécnica en las labores administrativas de la civilización Inca y que podrían haber servido para recordar hechos acontecidos.

Se postula que era un sistema equivalente a la escritura pues es posible lograr más de 8 millones de combinaciones gracias a la diversidad de colores de cuerdas, distancia entre cuerdas, posiciones y tipo de los nudos posibles. Hay algunos pueblos andinos alejados que mencionan tener "escritos" en los quipus de su localidad.

William Burns Glynn plantea que los quipus eran libros con una escritura alfanumérica donde los números simbolizados en cada nudo representan una consonante de la lengua quechua y, a su vez, tienen una equivalencia con los dibujos geométricos utilizados en cenefas textiles y en la alfarería, con lo cual ellos también se convierten en textos de escritura incaica.

El 12 de agosto del 2005, la revista Science incluye el reportaje "Khipu Accounting in Ancient Peru" ("Contabilidad con Quipu en el antiguo Perú") de Gary Urton y Carrie J. Brenzine según el cual por primera vez se hubiera descifrado un elemento no numérico en un quipu: un topónimo para el pueblo de Puruchuco al inicio del mismo, constante de tres nudos óctuples.

5. Usuarios

Es sabido que sólo los funcionarios estatales conocían el uso de los quipus. Éstos eran llamados "khipu kamayuq" (en quechua «responsable del quipu», plural: khipu kamayuqkuna). Éstos eran apoyados por los qullqakamayuqkuna, que ordenaban los almacenes o tambos. Generalmente el khipu kamayuq era un varón anciano, mientras que la qullqa kamayuqkuna era una anciana, y ambos posiblemente habían sido pareja de más jóvenes

Los quipus fueron conocidos por los cronistas, quienes hablaron detenidamente de ellos y emplearon la información que contenían, interpretada y proporcionada por los khipu kamayuqkuna, especializados en su manejo: "Son quipos unos memoriales o registros hechos de ramales, en que diversos ñudos y diversas colores significan diversas cosas. Es increíble lo que en este modo alcanzaron, porque cuanto los libros pueden decir de historias, y leyes, y ceremonias y cuentas de negocios, todo eso suplen los quipos tan puntualmente, que admiran". "Historia natural y moral de Indias". José Acosta.

6. Historia

Los quipus más antiguos fueron hallados en la ciudad antigua de Caral en Perú y algunas posteriores en centros urbanos Wari. Ello hace evidente que el uso del quipu tiene una gran antigüedad.

Fueron utilizados por el Imperio Inca para registrar la población de cada uno de los grupos étnicos que entregaban su fuerza de trabajo a través de la mit'a y de la producción almacenada en las qullqa para lo cual todo depósito tenía su khipukamayuq residente.

Pedro Cieza de León señala que en cada capital de provincia había un khipukamayuq encargado de todas las cuentas, incluso las relativas a los textiles. De acuerdo con la importancia del depósito algunos de estos contadores pudieron haber pertenecido al linaje del inca.

Durante la conquista, muchos quipus fueron quemados y destruidos por los conquistadores españoles (ver: Conquista del Imperio Inca) como cosas del demonio.

En la actualidad, se sigue investigando el significado de los cerca de 600 quipus sobrevivientes y otros tantos encontrados durante el siglo XX en tumbas de toda naturaleza, lo que sirve para ampliar los conocimientos sobre el antiguo Perú.




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